El campo en la ciudad.

Reglas de operación dejan fuera a ejidos y comunidades

Algunos funcionarios y legisladores de la 4T pretenden alargar el modelo neoliberal

“Es ahora o nunca cambiar de fondo y radicalmente las políticas anti campesinas”: MCPASXXI

MAÍZ TRANSGÉNICO

Por Guillermo Pimentel Balderas

La gran mayoría de las dirigencias de organizaciones campesinas, indígenas y ahora, Afromexicanos, han externado sus opiniones con relación a los 100 días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

100 días de Cuarta Transformación, que no tan conformes, los responsables de las organizaciones, que por cierto han sido “satanizadas” por el Jefe del Ejecutivo, han iniciado la difusión, en varios frentes, de sus propuestas, inquietudes, quejas, necesidades, preocupaciones, presupuesto, en fin…

En la última conferencia de prensa a la que asistimos, del sector, toco a los dirigentes campesinos, indígenas y afromexicanos que integran el Movimiento Campesino Plan de Ayala Siglo XXI 2.0 (MCPASXXI), de compartir su información, al respecto, con muy interesantes, pronunciamientos, cifras y datos.

Para empezar, se dijeron preocupados de que en las recientes Reglas de Operación “no se considere al ejido y a la comunidad como ejes centrales de la nueva política hacia el campo, ni tampoco se tome en cuenta a los pequeños y medianos productores”.

Por ejemplo, señalaron que de los 65 mil millones de pesos asignados a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), solo 2 mil millones de 5 mil millones, serán destinados a los pequeños productores, “lo que demuestra que no existe equidad y se deja en un estado de indefensión a la economía social”. ¡Cierto!

Con relación a los cuatro programas prioritarios de la SADER, expusieron que son de gran envergadura, pero muestra signos de indiferencia, dado que no existe claridad de cómo se operarán los diversos presupuestos asignados para los otros programas prioritarios.

O sea, que, en el impulso del nuevo modelo de desarrollo, es prioritaria la soberanía alimentaria, por lo que es esencial la participación organizada de los pequeños y medianos productores. Eso sí, bajo modelos de agricultura sustentable, agroecología, nutritiva y sin transgénicos. Sí, ¡sin transgénicos!

Para los ponentes de esta rueda de información, no basta la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador, respecto a la prohibición de transgénicos.

Por lo que se declararon abiertamente a la prohibición de importación de maíces transgénicos; abolir las siembras clandestinas de maíz transgénico y eliminar cualquier pretensión de promover la ley de variedades vegetales y ley de biodiversidad, en perjuicio de los intereses campesinos y de estos granos originarios.

Es más, le recordaron al presidente que el pasado 10 de abril del 2018, en Jerez, Zacatecas, firmó con el MCPASXXI, el Plan de Ayala Siglo XXI. 2.0, para rescatar al campo y la soberanía alimentaria.

Por lo que ahora, dijeron no entender porque aún en el gobierno de la 4T hay personajes que pretenden alargar el modelo Neoliberal, que por 36 años colapso al campo y arruinaron a los campesinos para beneficiar a las grandes corporaciones agroalimentarias.

Ante esta queja-denuncia, los líderes agrarios manifestaron: “Es ahora o nunca cambiar de fondo y radicalmente las políticas anti campesinas”.

Estamos enterados que, de acuerdo a un reporte de Greenpeace, México posee 59 razas y miles de variedades de maíz nativo, que lo colocan, probablemente, como la nación del mundo con mayor diversidad de este grano. Los 62 grupos étnicos de nuestro país y sus ancestros son los creadores legítimos de las variedades del maíz y quienes con su trabajo han conservado la biodiversidad de este grano.

Además, señala Greenpeace que hoy el maíz de diversas regiones de nuestro territorio está en riesgo de sufrir contaminación genética, ya que está demostrada la imposible coexistencia de variedades transgénicas y nativas por el flujo del polen y el intercambio de semillas, práctica común en la agricultura mexicana, además de que las medidas de bioseguridad para los cultivos transgénicos son débiles ya que no contamos con un sistema de biomonitoreo, inspección y vigilancia para las importaciones.

En otro tema, los integrantes del MCPASXXI calificaron de justa la entrega de apoyos y recursos de manera directa a los productores más pobres. Inclusive, de igual manera que otras organizaciones del sector, desmintieron que estas recibieran los apoyos directos para los productores.

Por último, descartaron cualquier tipo de movilización para los siguientes meses, pues aseguraron que se encuentran en un proceso de construcción y de regeneración. O sea que, en este gobierno de la 4T, “trabajamos para construir un nuevo rumbo para el campo mexicano”.

De esta manera, la mayoría de las dirigencias de las organizaciones campesinas, indígenas y ahora, afromexicanos, se han manifestado a favor, no muy a favor y, también en contra, de la política pública rural que está implementando el gobierno de la 4T, por medio de sus dependencias e instituciones que tienen que ver con el campo mexicano.

Hasta el momento, no vemos claro… ¡Cuánto esperar…?

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