• Confirma liderazgo de Monreal en la mayoría morenista
Miguel A. Rocha Valencia
Parece que a Martí Batres no le quedó claro a quien se refirió el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando acusó de oportunismo dentro de Morena a algunos de sus militantes, quienes muestran más ambición de convicción.
Y si continúa sin ver claro luego de la reunión que por más de una hora sostuvo López Obrador en Palacio Nacional con el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, es que no está miope ni falto de oficio político, sino que está de plano ciego o de plano su ambición va más allá de los intereses de su partido.
La reunión no fue para menos luego de la esgrima política que aquí mismo hemos reconocido, de Monreal Ávila, quien sin aspavientos lleva con calma los trabajos del Senado e incluso se da tiempo para meter algo de mano en la mayoría de la colegisladora.
Eso es de lo que carece Batres, capacidad y talento para el manejo político y como vienen las cosas, se requiere de una vez por todas marcar distancias y apuntar quien va a llevar la batuta en ese sentido, especialmente para evitar que no se note (aunque lo haya) un mayoriteo de la aplanadora morenista y sí en cambio un consenso como el que en varias ocasiones ha presumido el ex gobernador zacatecano.
Es la mano izquierda de la que carecen la mayoría de los representantes de Morena y que dejan ver los interese tribales, sí, así como lo ocurre con los Batres o los Padierna.
Total, López Obrador con una simple acción puso las cosas en su lugar y con ello también garantiza esa autonomía de Congreso que debe mostrarse y que como dijimos en este mismo espacio, nos da la esperanza en un equilibrio de poderes, donde a pesar de ser del mismo bando, hay alguien con capacidad de hacer reflexionar al presidente.
También es un claro mensaje de que en el congreso se va a imponer el diálogo, la negociación en vez del mayoriteo. Qué bueno.