David Hidalgo 

La triada perfecta de la vida, como unidad: es el ser humano. Tener un cuerpo sano, una mente sana y un espíritu que nos permita entender en consciencia nuestra verdadera esencia, es salud. Pero, ¿Cómo lograr un verdadero equilibrio?

Es importante recordar que las culturas más antiguas ya entendían al ser humano como una realidad dual: mente y cuerpo. Con el avance de los años a esta reflexión de la esencia humana se le sumó el entendimiento de lo que es nuestra alma o espíritu.

Entender esta comunicación que se logra mediante los impulsos de nuestro cerebro y las reacciones bioquímicas de las que ya hemos hablado en este espacio, es el principio para aprender a equilibrar estas tres dimensiones que nos hacen seres perfectos y únicos. Desde esta perspectiva, es importante tener en cuenta que cuando una de estas tres entidades de nuestra esencia no es atendida, seremos más vulnerables a padecer enfermedades.

Comencemos por conocer nuestro cuerpo. Yo soy un convencido de que las enfermedades que padecemos son 100 por ciento resultado de nuestros pensamientos y emociones y, cada vez son más las situaciones que propician que nuestro cuerpo enferme por causas mentales.

Investigaciones en materia de anatomía y fisiología cerebral han demostrado la estrecha relación que existe entre nuestras emociones, los órganos y los síntomas que padecemos. Todos sabemos que desde la mente se controla nuestro cuerpo, ya que el funcionamiento biológico de nuestro cerebro así lo hace posible.

Para aprender a vivir con nuestras emociones y saber gestionarlas y comprenderlas, contamos con esa parte inmaterial de nuestro cuerpo que nos permite sentir y pensar, que es el espíritu, desde donde proyectamos todas nuestras emociones.

Una vez que tomamos conciencia de que cada uno de nuestros padecimientos son consecuencia de las emociones que sentimos, debemos de considerar nuestra relación con el universo; lo que realmente en la actualidad representa un gran reto, ya que esto exige desprendernos por un momento de todo lo material que hemos hecho parte de nuestra vida y comenzar a ver y entender el mundo real, ese mundo que siempre ha existido, que existe y existirá, con o sin todo aquello que inconscientemente hemos hecho parte de nuestra vida.

Para avanzar en el desarrollo espiritual y disfrutar de una vida plena, es necesario alejarnos de la vida moderna, de estrés y saber identificar todo aquello que nos impide ser felices; lograrlo requiere de nuestra inquietud de explorar nuevas experiencias, de querer saber qué es lo que han hecho esas personas que han logrado vidas largas y sanas

Desde hoy te invito a que, a tu rutina diaria en la que seguramente dedicas más tiempo a tu cuerpo (aseándolo, alimentándolo y mimándolo), le agregues tiempo para tener pensamientos de paz, esforzándote de manera consciente para aprender a concentrarte en la fijación de metas que contribuirán al desarrollo vital de la triada perfecta. Tómate tu tiempo para cuestionarte y responder ¿quién eres?, ¿qué estás haciendo?, ¿qué es lo que en realidad quieres hacer?, ¿de qué tengo que deshacerme?, ¿qué es lo que le puedo aportar a mis seres queridos y a la humanidad?

Respondiendo a este tipo de cuestionamientos podremos desarrollar esa parte inmaterial de nuestra existencia: Solo piensa en ti y concéntrate en sentirte bien durante ese momento que, a partir de hoy te regalarás cada día.