• La 4T no sabe digerir acción femenil 9M

Bernardo López Rosas

Es posible que el movimiento #El9nadiesemueve 9M tenga un trasfondo con grupos internacionales que juegan por mandar el gobierno de México, sin embargo, debemos aceptar que existen razones de peso para que las mujeres se sientan agraviadas por el desamparo institucional.

Porque el ganso ha cancelado las instancias infantiles, que era una fuente de empleo para miles de mujeres, además que brindaba a otras la oportunidad y libertad de crecer en el aspecto profesional, económico o social.

Los refugios para mujeres violentadas también fueron víctimas de la austeridad que pregona la 4T, pues a los genios de este proyecto se les ocurrió que era mejor darles dinero, en vez de brindarles ayuda psicológica y protección institucional.

Los casos de feminicidio no son prioridad, pues, aunque hay graves alertas de agresión mortal por parte de mujeres que han denunciado maltrato, los impartidores de justicia se hacen de la vista gorda y se limitan a registrar los crecientes números de asesinatos de mujeres.

El 9M fue usado como punta de lanza para varios fines políticos, pero el objetivo principal es que todos reflexionemos que sí hay diferencias entre hombres y mujeres, además que existe una desventaja social para ellas.

En esta época las mujeres demandan espacios, que antes sólo eran ocupados por hombres, debido a los roles binarios. Sin embargo, debemos aclarar que existe una clara inclinación en la propaganda mundial de menospreciar la feminidad y la masculinidad, algo que se tiene que rechazar, porque ahora ser varón o ser mujer no está bien visto. Las instituciones que ayudan a asumir un género no tienen por qué dar preferencia a los lesbianismos, homosexualidades, porque ese no es su papel. Es muy respetable que cualquier hombre o mujer decida asumir un género, pero esto se debe hacer hasta después de la adolescencia, cuando los jóvenes tienen cierta madurez para decidir.

Durante muchos años, los padres de familia luchaban porque la educación sexual de sus hijos fuera gradual, en donde se les asignaba de manera dictatorial el rol que debían asumir. Sin embargo, ahora a los niños se les impone la homosexualidad y el lesbianismo, cometiendo el mismo error institucional. Por lo tanto, debe haber un equilibrio.

Debemos darles a las mujeres el espacio para que expresen sus demandas, pero también deben señalarse los excesos que cometen, porque no se trata de santificar a nadie, sino de buscar una ecuación para que todos podamos convivir, sin demeritar.

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