Rafael Lulet
Hugo López-Gatell Ramírez, investigador epidemiológico, egresado de la Universidad Autónoma Nacional de México, con maestría en ciencias médicas y un postdoctorado en epidemiología obtenido en la Universidad Johns Hopkins sobre los efectos de la tuberculosis en la sobrevivencia de infectados de VIH, fue en varias ocasiones funcionario en instituciones de salud, de los cuales hemos de recordar cuando fue director general adjunto de asuntos epidemiológicos en la Secretaría de Salud en el año 2009, fecha en que se presentaba en México la pandemia de la gripe H1N1.
En ese entonces, ante la emergencia sanitaria ocurrida en el sexenio de Felipe Calderón, su conocimiento y desempeño fueron fuertemente cuestionados, al grado de ser tachado por el mandatario presidencial de ese periodo como ineficaz, porque al igual que ahora, estimaba el no hacer pruebas debido a considerarlo como exagerado además de haber expuesto como un hecho extremo el cierre del país en ese momento, al final José Ángel Villalobos, secretario de Salud de esa administración junto con su equipo fueron quienes le hicieron frente a la situación sanitaria con margen exitoso sin López-Gatell.
“La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros. El presidente tiene la misma probabilidad de contagiar la cual tiene usted o tengo yo, y usted también hace recorridos, giras y está en la sociedad. El presidente no es una fuerza de contagio. Entonces, no, no tiene porqué ser la persona quien contagie a las masas; o al revés, como lo dije antes, o al revés”, declaración hecha por López-Gatell en cadena nacional ante reporteros de la fuente, y en televisión, cuestionándose sus conocimientos científicos y la seriedad de su gestión ante una crisis sanitaria aún no superada en nuestro país.
Los más de 85 mil muertos, cifras hasta el momento registradas, rebaten la credibilidad de su gestión, la falta de pruebas es otro talón de Aquiles de su desempeño, sin mencionar el tema del cubrebocas, mientras la Organización Mundial de la Salud, consideraba como el único bloqueo contra el COVID-19, aparte del lavado de manos y la limpieza continúa, para López-Gatell, era algo no tan importante, la falta de información por diversos canales de comunicación sobre cómo protegerse a la población, el mantener en alto riesgo al personal médico, sin aportarles insumos para su protección, sin olvidar la escasez de medicamentos en diversos niveles, han llevado a plantearse la ineficaz actuación de un personaje quien tiene en sus manos la difícil tarea de proteger la vida de los mexicanos con recursos públicos.
En lugar de informar se ha dedicado a contar cuentos y libros, a imponer su “verdad” a pesar de ser criticado por otros científicos de la salud y contravenir sus tácticas por la comunidad médica en el mundo, pero a pesar de todo, de los muertos, de los contagios, de la pésima estrategia es defendido a capa y espada por el presidente, la población ante el desacuerdo de su permanencia ha tenido que conformarse con un gobierno ineficiente, y buscar las formas de sobrevivencia, optando la antigua normalidad por ser lo único existente en el sentido de información, dando como resultado más defunciones.
El “Doctor muerte”, como ya se le ha apodado, se ha dedicado hacer política de cuarta, confrontando a diversos grupos partidarios del país así como a diferentes sectores de la población quienes no están de acuerdo con su desempeño como “científico”, sin mencionar a los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales quienes no los baja de “amarillistas” ante cuestionamientos de sus actuaciones, protegido por un presidente quien de igual manera es su voluntad por encima de cualquier contradicción, con oídos sordos, ha tenido en él un respaldo para hacer lo que quiera, sin ser despedido de un cargo público el cual ha dado resultados menores a ceros, generando a cada instante de su vida como funcionario: muertos tras muertos, sin ser hasta el momento juzgado por nadie, solo en su conciencia llevará todas las defunciones hechas por su ineficacia laboral porque este gobierno solo le importa una cosa: el neopopulismo.
“Le voy a decir una cosa muy pragmática: casi sería mejor que padeciera coronavirus, porque lo más probable es que el presidente en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él”. Hugo López-Gatell.