Pedro Flores
En tanto en países del primer mundo se ha cancelado el retorno a las escuelas, para evitar mayores contagios y rebrotes del COVID-19, en México en el punto más álgido de la pandemia cuando hay 5 mil 267 nuevos contagios en promedio diario, los niños volvieron al nuevo ciclo escolar sin escuela y sin maestros lo cual ocasionó decepción, enojo y frustración en muchos sectores.
Los escolares se encontraron con un sistema caótico de enseñanza, en donde a pesar del apoyo de las televisoras, a las cuales obviamente el actual gobierno les paga 450 mdp, con maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, mejor conocida como la CNTE quien afirmó gran parte del magisterio le fue imposible desempeñar en óptimas condiciones su trabajo en la etapa de confinamiento, o sea en otras palabras, no se capacitaron.
La información oficial dijo que se había iniciado con éxito el ciclo escolar 2021, sin embargo, se les olvidó comentar, el número de niños que están aún en confinamiento y que la computadora la utilizan los padres para su trabajo diario y los problemas tanto para tutores como para infantes por el uso de aparatos electrónicos o el servicio de internet, situación que no está contemplada.
Pero además en el informe sobre el inicio del citado ciclo escolar también olvidaron mencionar que 40.6 por ciento de las familias mexicanas no tienen una computadora y si la mayoría tiene televisión, fueron muchos los desajustes de horarios y clases, ya que a uno de primero en su “horario normal” recibía enseñanza de quinto grado.
En el caso de las televisoras, cabe hacer notar no en todas las entidades, se trasmiten la misma señal, si bien en la capital de la República, mencionan los canales “habituales” en provincia, hay repetidoras que no son lo mismo, y los padres no supieron cual sintonizar.
En la comunidad Nuevo México, Chiapas no hay señal de televisión abierta, solo un sistema de cable que no incluye los canales oficiales para las clases, por lo que los padres de familia no saben qué hacer, así lo afirmó Milton Carlos Mendoza, padre de familia de la escuela primaria Juan Aldama.
Héctor Bernal, periodista de Chihuahua conocedor de la región, nos comentaba que en la zona Tarahumara, allá por Creel los escolares no cuentan con computadora y pocos tienen televisión y sin todos los canales. Estos alumnos tendrán que esperar a que maestros les entreguen un cuadernillo por año escolar, y para atender las necesidades de la población infantil en los diversos niveles habrá que sacarle copias con un gasto de 150 pesos por la impresión
Ahora, si entramos a la modernidad, podemos decir qué bueno, no habrá reprobados y no habrá listas, lo que nos hace pensar sobre el cómo evaluarán realmente el aprendizaje, sobre todo que se les olvido decir que se enviaron muchos oficios aceptando alumnos, pero en ninguno se informaba en donde y como quedarían asentados sus adelantos, lo cual suena raro.
Hay detalles muy significativos, de los que oficialmente no sabemos nada, como es el hecho de que, si los padres salen a trabajar y sólo tienen una televisión o una computadora y varios hijos, cómo pueden constatar que sus vástagos están estudiando, si bien hay varios horarios, no creemos que muchos padres, después del regreso del trabajo quieran interrogar severamente s sus hijos sobre sus avances académicos.
O por el contrario, si bien una madre se queda en casa para hacer sus labores habituales y tiene 2 o 3 hijos en diversos grados, el trabajo se le va a cuadruplicar, ya que tendrá que realizar sus “quehaceres” y además supervisar a sus hijos sobre los avances de la escuela… pobre mamá
En fin, que tenemos una educación “a la mexicana”, en la cual el sentido común fue el menos común de los sentidos, acción que se va a manifestar en el próximo informe de gobierno como un gran logro. En donde prácticamente toda la gente está en contra, menos las autoridades y en donde caeremos en la advertencia de Juan Martín Pérez, miembro de la Red por los Derechos de la Infancia, quien señala que los resultados van a ser muy lamentables… tendientes a catastróficos.