• Se distribuyeron recursos fiscales sin una normatividad y por adelantado; sin supervisión ni control. Reforestación, “casi con los ojos cerrados”. Otro programa insignia de 4T sin estructura que prefiere cosechar votos

Guillermo Pimentel Balderas

¿Quiénes son los “sembradores de vida”?, ¿Son los dueños de las parcelas reforestadas? ¿Son empleados contratados? ¿Son hijos o familiares de los propietarios? ¿Son ejidatarios o propietarios privados?

Estos, son algunos de los cuestionamientos que se hacen los propios campesinos del país con relación al otro programa insignia del Presidente Andrés Manuel López Obrador: Sembrando Vida.

Aseguran ejidatarios y comuneros, principalmente, que hay INCONSISTENCIAS en este programa pues, además de estar inmiscuido en polémica sobre su efectividad y uso de recursos, como bien lo señala el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Pública de Desarrollo Social (Coneval), se observó que Sembrando Vida no cuenta con un calendario de distribución y entrega de plantas que coincida con los ciclos agrícolas para evitar la muerte de las mismas.

Además de que, no logró la meta planteada, ya que, de sembrar 575 millones de árboles y plantas, sólo se logró 80 millones, de los cuales sólo la mitad sobrevivió en 2019, lo cual, representó solo el 13 por ciento de sus objetivos. Realidad que la misma titular de la Secretaría de Bienestar, la agrónoma María Luisa Albores González, reconoció públicamente.

El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, ha señalado en varios medios informativos que, en la puesta en marcha de los programas, desde 2019 hay controversia sobre Sembrando Vida, catalogado por el gobierno federal como una estrategia de reforestación social y que, sólo atiende un millón de hectáreas, mientras en el país hay 94.5 millones hectáreas de tipo forestal, entre bosques, selvas y otro tipo de vegetación.

Afirma este Consejo -en un análisis- que, este programa tiene un presupuesto de 26 mil millones de pesos anuales para establecer sistemas agroforestales en un millón de hectáreas, mientras la Comisión Nacional Forestal recibe 2 mil 500 millones de pesos para atender decenas de millones de hectáreas.

Un fracaso perfecto

En entrevista con este reportero, vía telefónica (desde Salvatierra, Guanajuato), Rafael García del Horno, Secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos al Campo, A.C. (Fumecam),  aseveró que la falta de planeación, nulo compromiso de autoridades y coordinadores, incumplimiento de proveedores de plantas de vivero, entre ellos la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunado a un profesionalismo equivocado, son la muestra del “fracaso perfecto” de un esfuerzo en el que, el gobierno federal “casi con los ojos cerrados”, ha canalizado, en dos años de ejercicio, más de 43 mil millones de pesos, prácticamente tirados a la basura.

García del Horno, dijo que este programa forestal calificado oficialmente como “único en el mundo con propósitos de reforestación de un millón de hectáreas”, ha fracasado rotundamente.

El agricultor guanajuatense, además, evidenció que estos recursos fiscales no los ejercen juntas las secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que, debería ser así.

Incongruentemente, criticó que Sembrando Vida está asignada a la responsabilidad de la Secretaría de Bienestar con un subsidio federal de 6 mil pesos mensuales para cada uno de los “sembradores” y que, entrega directamente ésta dependencia. “No quisiera pensar que pueda ser con motivos electorales”, adujo.

Al reconstruir la información generada públicamente por el Consejo Nacional de Evaluación de Programas Sociales del Gobierno Federal (Coneval), rememoró que los conceptos generales, no marcan pautas para aplicar procedimientos para evaluar metas y objetivos ni por regiones ni por localidades.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí