Rafael Lulet / @Rafael.Lulet
El sistema de salud existente en nuestro país se ha convertido en una incertidumbre para los mexicanos, ya desde hace décadas la Organización Mundial de la Salud (OMS) había realizado varias recomendaciones a todos los países, consistente en la universalidad en el ofrecimiento de los servicios sanitarios, varias naciones en Latinoamérica fueron adoptándolas como Chile, Brasil, Argentina entre otros, sin embargo México no ha podido lograrlo y como se ve, no lo logrará ni con el planteamiento del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
La fase tres de la postura del gobierno ante la pandemia decretará una situación de mayor contagios y muertos donde se prevé una saturación de los sistemas nacionales de salud, ya si de por sí hemos visto médicos contagiados y en algunos casos muertos por el SARS-CoV2, principalmente en hospitales del Seguro Social mencionando a las entidades de Sonora, Baja California y del Estado de México, a pesar de haber dicho con anterioridad estar preparados para la emergencia sanitaria, ahora son quienes decretan la falta de insumos para combatir los casos recibidos para su atención y con muchos problemas para confrontarlo.
Para entender el sistema de salud de nuestro país debemos explicar lo complejo de dicho esquema, para empezar existen diversas estructuras de servicio en dicho rubros otorgados por diferentes instituciones, tales son el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Servicio Médico para los Trabajadores Petroleros, entre 30 servicios más a nivel nacional, esta es la razón por el cual se complica el universalizar el servicio médico en México, para lograrlo deberán de integrarlos, pero eso determinaría que quienes pagan por la afiliación a una institución médica no lo harán posteriormente, pero ese nuevo modelo deberá subsanarlo el Estado o ver la forma de cómo sustentarlo, porque no solo es ofrecer la prestación sino también la calidad.
Ante la existencia de mexicanos con servicios de salud pagados y quienes no lo hacen y por ende no eran derechohabientes, se retoma que antes de la implementación del Seguro Popular, los recursos eran canalizados a cada estado y ellos se encargaban de ofrecérselos a la población a través de sus infraestructuras, cosa que no lo hacía o eran deficientes, con la llegada de Vicente Fox a la presidencia se plantea un nuevo mecanismo dirigida por su Secretario de Salud de ese entonces el Doctor Julio Frenk echando a funcionar dicho sistema en el año 2003.
El Seguro Popular consistía en garantizar el servicio médico a los afiliados, bajando recursos a los estados dependiendo de la plantilla de afiliación, cuando una persona requería de la atención médica se presentaba en la institución o especialidad para obtenerla teniendo una red bastante amplia para darlo y sin otra pregunta se le iniciaba el tratamiento financiando en primera instancia por el gobierno federal en conjunto con el estado y al final se le hacía un estudio socioeconómico para fijar una mínima cuota al paciente dependiendo de su situación económica, dependiendo también del catálogo de servicios ofrecidos por las instituciones, era tan buena propuesta que la OCDE la calificó como un sistema de excelencia en México.
Con la llegada de Peña Nieto, el aumento presupuestal destinado a la Salud, se estancó y la corrupción permeó a muchos estados concluyendo el sexenio con muchos Hospitales a medio construir y con desvió de dinero; llega el presidente López obrador y muchas de las estructuras creadas con anterioridad se vieron debilitadas con la propuesta del INSABI, la hostilidad a los servidores públicos de salud fue la constante con un discurso que todos eran corruptos o ineptos, seguido de recortes salariales y prestaciones generando un éxodo de médicos, especialistas, enfermeras, y diversos trabajadores siendo todo esto con lo que enfrentamos ante una pandemia la cual ha colapsado los servicios de salud en países como Estados Unidos, Francia, Italia, España y otros.