Sólo uno de cada 10 directivos en México genera estrategias inmediatas tendientes a generar cambio, productividad y certidumbre ante una crisis o pandemia, refiere Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.

Entre las tres principales estrategias para paliar los efectos adversos en las compañías están la generación de comunicación directa con los diferentes públicos, establecimiento de escenarios para minimizar daños y establecer ritmo y rumbo en los equipos de trabajo, asevera el directivo.

Si desde un inicio se establecen los sistemas y políticas de comunicación de manera inmediata, aunque sea de manera remota, podrán generarse acuerdos y proveer la información suficiente para tomar las mejores decisiones de negocio, dice Manrique.

“Es importante abrir un abanico de soluciones de comunicación a distancia y generar retroalimentación inmediata de inquietudes y dudas, pues éstas pueden socavar los proyectos empresariales y contagiar desánimo”, menciona el Rector.

Otro proceso esencial es determinar cómo pueden adaptarse los productos, servicios y marcas de la compañía a las necesidades actuales del mercado real, pero también si es factible extender líneas de producto o inclusive incursionar en categorías nuevas, comenta el jurista.

Manrique menciona que un caso emblemático es la adopción de soluciones digitales respecto a las reuniones persona a persona en muchas propuestas BTL. “Debemos reconocer a priori que la manera en la que trabajamos debe adaptarse a entornos diferentes, no podemos asumir que preservaremos los esquemas de trabajo sólo porque así se ha hecho siempre”.

Para Manrique, el principal riesgo empresarial ante la pandemia es no actuar para el futuro. “Se requiere idear de qué manera puede multiplicar sus ofertas a un mercado más competido y demandante”.

Con la comunicación abierta y la apertura a nuevos escenarios, ya se logró un avance sustancial para no desaparecer del mercado, pero al líder empresarial también le corresponde impulsar el trabajo de su equipo.

“La incertidumbre y desánimo pueden pulverizar los avances previos y los objetivos a mediano y largo plazo de la compañía. Sin embargo, existen maneras de preservar el trabajo en equipo y lograr nuevos objetivos”, refiere el Rector.

Así, conviene realizar estas acciones para lograr el mejor rendimiento de un equipo dice el representante del Colegio Jurista:

Revalorar el talento interno. ¿Es factible que uno de los miembros del equipo pueda adoptar un nuevo rol durante la crisis? A veces un entorno adverso permite catapultar talentos y generar oportunidades. No debe soslayarse la capacidad interna de diversificarse, crecer y generar nuevas oportunidades para sí y para la empresa.

Experiencia de colaboración. El líder debe impulsar la interacción y apoyo entre los integrantes del grupo de trabajo para lograr sumar la trayectoria profesional de ellos para todos los integrantes de la empresa. Lograr tal unión incidirá en la lealtad, compromiso y rendimiento de todos.

Enfoque en el compromiso colectivo. El líder logra ceder parte de su poder para garantizar más responsabilidades, más autonomía y más lealtad por parte de su equipo de trabajo.

Colaboración y diversidad. La riqueza de un equipo se mide por la heterogeneidad de aportaciones, ideas y tendencias. De ahí la importancia de involucrar en los proyectos a personas con diferentes formaciones académicas, edades, géneros, creencias y personalidades.

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