Sergio Iván
La imaginación es la facultad de deformar, así lo explica el escritor francés Gaston Bachelard. Un ejemplo es el proceso creativo de Pablo Picasso aplicado a Guernica. El mural alude al bombardeo ocurrido el 26 de abril de 1937. Las primeras imágenes que vienen a la menta al pensar en ese hecho son: heridos, edificios destruidos, aviones lanzando los explosivos. Sin embargo, Picasso optó por tomar el acontecimiento, desechar los conceptos estáticos y proceder a crear algo nuevo. A ese cambio de estructura Bachelard la define como: acción imagenante. Una mirada aperspectívica.
Al observar Guernica se contempla la exageración de las extremidades de los cuerpos en un estado de tensión. Algunas partes son de seres humanos, otras de animales. Los trazos deformes y la ausencia de proporción y de ritmo en el mural construye la atmósfera del caos. Sin plasmar ningún tipo de avión o de edificio destruido Guernica se constituye como un objeto algo real, que contiene todos los tiempos.
Se puede entender el mural de Pablo Picasso en su contexto histórico y artístico, pero fuera de ese mundo, la obra adquiere su propio valor.
Una de las principales características del arte híbrido es la facultad que tiene para tomar distintos modelos; reconstruirlos y crear algo diferente. Tanto la naturaleza como el arte híbrido comparten esa facultad. El cuerpo humano es una combinación de muchos elementos naturales que dan origen a un organismo. El arte híbrido igualmente combina imágenes, conceptos, crea algo original, que a su vez motive al público a formar parte del proceso y tenga la facultad de crear sus propias formas. Por medio del arte ha podido manifestar su visión del mundo; apropiarse de su entorno y modificarlo. Los movimientos vanguardistas en cualquier disciplina artística han buscado ofrecer un mayor grado de precisión en la forma de expresar su arte.
¡Viva Guernica que es aperspectívica e integradora, contiene el origen, el presente y el futuro!
