Aleinad Mina
El Renacimiento en la Italia del siglo XV fue una época de importantes logros culturales. Una de las figuras más emblemáticas de éste periodo fue Leonardo Da Vinci, quién destaca por su desarrollo en múltiples disciplinas. Leonardo es la figura ideal del hombre en el Renacimiento, en él se encuentra el conocimiento de la naturaleza y la creación del espíritu aplicado a la pintura, escultura, arquitectura, ingeniería, botánica, entre otras disciplinas. En la actualidad, la pintura más representativa de Leonardo es La Gioconda, sin embargo, los retratos de mujeres que hizo a lo largo de su vida, influyeron decisivamente en su carrera.
En Florencia pintó en el año 1474 su primer retrato, la hija del banquero florentino Amerigo Benci, la bella Ginevra de Benci. Su padre contaba con un capital casi a la par de los Médicis con quienes tenía relaciones comerciales. La belleza de ésta joven muchacha era tal que a pesar de haber contraído matrimonio con un afortunado comerciante Luigi de Bernardo di Lapo Nicolini, era cortejada por Bernardo Bembo el embajador de Venecia. En el reverso de la tabla de madera sobre la que retrató a Ginevra de Benci, Leonardo encriptó la historia de amor entre la joven y Bernardo. Plasmó a Ginevra con el rostro hacia el espectador con una expresión melancólica para referir al amor imposible que había entre ella y el embajador. Además de capturar la belleza de esta joven mujer, éste retrato busco reflejar la idea del sentido de la belleza neoplatónica, una belleza terrenal que se instala en Ginevra como partícipe del ideal de la belleza eterna.
En 1428 Leonardo va a la corte de Ludovico Sforza el Moro, como ingeniero militar. Ludovico era mecenas de Leonardo, invirtió grandes fortunas para embellecer su ciudad con murales y edificios arquitectónicos. Mientras que pintaba un mural sobre la última cena para la iglesia de Santa María delle Grazie, le pidió que le hiciera un retrato de Cecilia Gallerani con quién tenía un amor furtivo. Cecilia lleva un armiño en sus manos, de ahí el nombre del cuadro, La dama del armiño. El armiño tiene un significado alegórico, representa la pureza y la moderación del animal. Se dice también que alude a Ludovico Sforza, apodado Ermellino (armiño en italiano) por ser miembro de la orden del Armiño. La pintura es uno de los cuatro retratos de mujer pintados por Leonardo, siendo los otros tres La Gioconda, el retrato de Ginevra de’ Benci y la Belle Ferronière
A propósito de La Gioconda uno de los cuadros más famosos del pintor. Se trata de Lisa di Antonmaria Gherardini esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo, un hombre de la élite florentina que se dedicaba al comercio de sedas. Está obra es considerada una de las más emblemáticas obras de la historia del arte, por la expresión tan misteriosa que refleja la mirada de la mujer. Un misterio capturado en su rostro. Está obra se reproduce en otros encargos, conservando la postura y el misterio de la obra original. Como dato curioso se cree que por la vestimenta refiere al embarazo de una mujer, pues La Gioconda porta un guarnello, y su sonrisa alude a la alegría por la maternidad.