Víctor Hugo Islas Suárez
¿Es posible que las empresas aprovechen el momento crítico que provoca la pandemia del coronavirus en la economía para desarrollar alguna de sus áreas? Aunque el panorama se ve negativo, y todos los análisis confirman que el mundo pasará por una recesión, se confirma la aseveración de que toda crisis genera oportunidades.
Y en el plano de las empresas, una de esas oportunidades se relaciona directamente con la gestión del talento, aprovechando el mayor tiempo disponible –un argumento presentado constantemente como excusa– para desarrollar un programa de capacitación para el equipo y agregar valor estratégico al negocio.
¿Cómo realizar un programa de capacitación?
El primer paso para desarrollar una acción de capacitación al interior de la empresa es identificar un problema o necesidad y crear un proyecto para lograr una solución. Una vez definido el punto de partida, corresponde trazar un plan, con objetivos, plazos, recursos, responsables y beneficiados.
El paso siguiente es definir al o los responsables por la capacitación y asignar el trabajo que tendrán que realizar, considerando que todo debe estar siempre relacionado con la misión y los objetivos de la empresa y del equipo, respectivamente.
Con relación a quienes serán capacitados, una vez identificado el grupo, comienza una etapa de preparación, comunicando fechas, horarios y el lugar donde se llevará a cabo el tema. Con el confinamiento y el trabajo a distancia, hay que definir la plataforma digital que se usará y otros factores tecnológicos. También es relevante dar a conocer de qué se trata, los objetivos y qué lograrán cuando todo haya concluido.
Por último, la agenda y la planificación del desarrollo del programa de capacitación deben ceñirse a lo establecido e ir cumpliendo con los plazos y objetivos definidos al comienzo. La disciplina y organización del tiempo son vitales para producir los resultados esperados.
Los programas de capacitación pueden ser extraordinariamente útiles para perfeccionar o desarrollar desde cero protocolos de servicio, atención al cliente, funcionamiento interno, manejo de softwares, entre otros tantos ejemplos, con el objetivo de mejorar tanto la gestión al interior de la empresa como la interacción con los clientes en todos los procesos de un negocio.
Existe en México una inercia por considerar al tiempo como un factor clave para postergar decisiones que van en línea con capacitar a los equipos de profesionales de las empresas. Dentro de todos los aspectos negativos que está generando la pandemia del coronavirus, este bien puede ser el momento preciso para dejar esa excusa de lado y empezar una acción que beneficiará tanto a los trabajadores, aportándoles conocimiento, como a la empresa, agregando valor a sus operaciones y otorgando una ventaja para cuando la crisis termine y llegue el momento de retomar la actividad de manera normal.