Víctor Hugo Islas Suárez
Muy posiblemente recuerdes a Laika, una perrita rusa, fue el primer ser vivo en ir al espacio (y no regresar), lo hizo a bordo de la nave soviética Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957, 10 años después, el 27 de enero de 1967, durante unas pruebas de rutina, la cápsula del Apolo I se prendió fuego, los tres tripulantes murieron en 27 segundos y fueron, a ellos no se les atribuye la primera muerte en el espacio (de tipo humano) el trágico primer lugar lo ostenta Vladímir Mijáilovich Komarov.
El 23 de abril de 1967, Komarov despegaba hacia la órbita terrestre a bordo de la primera nave Soyuz tripulada. En pleno fragor de la carrera espacial, la Unión Soviética había perdido comba frente a su rival norteamericano. A pesar del triunfo inicial que supuso el vuelo orbital de Yuri Gagarin en 1961, desde 1965 la URSS no había enviado un hombre al espacio, mientras que la NASA había completado con éxito numerosas misiones tripuladas. Era el momento de recuperar el terreno perdido, y las autoridades soviéticas querían un golpe de efecto que sirviera para conmemorar el 50º aniversario de la Revolución Bolchevique y la festividad del primero de mayo.
Así, la presión política fue un factor decisivo que apresuró la preparación de la misión, sin embargo, incluso en aquellos momentos en que la urgencia de vencer al adversario primaba sobre la seguridad, enviar la Soyuz al espacio con un piloto a bordo era una apuesta sumamente arriesgada: los tres vuelos de prueba sin tripulación habían fracasado, y algunos de los técnicos responsables habían señalado al menos 101 anomalías en distintos sistemas de la nave. Con todo, el optimismo se impuso a la prudencia; y Komarov, un piloto con amplia experiencia y con un vuelo espacial a sus espaldas, era el hombre adecuado para conquistar aquel hito del poderío tecnológico soviético.
De hecho, la misión era aún más ambiciosa: mientras Komarov orbitaba la Tierra, estaba previsto que una segunda Soyuz despegara con tres tripulantes a bordo. Ambas naves debían encontrarse en el espacio para que dos de los cosmonautas de la Soyuz 2 se unieran a Komarov antes del regreso a la Tierra. Pero casi desde el primer momento se hizo evidente que dejar tantos cabos sueltos al azar había sido un error. Nada más alcanzar la órbita terrestre, los dos paneles solares de la Soyuz 1 debían desplegarse. Uno no lo hizo.
Fue solo el primero de una cadena de fallos desde los sistemas de telemetría y sensores hasta los de orientación y propulsión. Parecía que la nave de Komarov estaba destinada al desastre oficialmente el lanzamiento de la Soyuz 2 se canceló a causa de una tormenta, fuentes rusas post-URSS dejan claro que la cancelación se debió a graves problemas con la Soyuz 1, la cancelación salvó la vida a los 2 hombres que debían transferirse a la nave de Komarov y volver a casa con él.
Pese a todo, la inmensa pericia de Komarov logró superar todos los obstáculos para orientar su nave hacia una reentrada correcta en la atmósfera. Cuando las autoridades rusas volaron hacia el lugar de aterrizaje estimado, todavía esperaban encontrarse con el cosmonauta sano y salvo. Solo un sistema más debía funcionar, y no lo hizo: el fallo en la apertura de los paracaídas hizo que la nave se estrellara contra el suelo a 144 km/h. El impacto mató a Komarov, pero no fue la última desgracia de su nave. Los primeros testigos que llegaron pudieron presenciar cómo los retrocohetes, que debían suavizar el aterrizaje, se activaban una vez en tierra, lo que prendió el resto del combustible y convirtió el vehículo en un amasijo de metal fundido.
Solo los oficiales de alto rango contemplaron lo que quedó del cuerpo de Komarov, una “masa negra sin forma”, según relató el teniente general de la Fuerza Aérea Nikolai Kamanin, responsable del entrenamiento de los cosmonautas, los restos fueron incinerados y sepultados con todos los honores en el muro del Kremlin. “El fallo del paracaídas se atribuyó a un empaquetamiento excesivo del mismo en el compartimento” y hablar de él es necesario, como pequeño homenaje a un héroe precursor de los viajes al espacio, ahora que se planea el primer vuelo a Marte.