Víctor Hugo Islas Suárez
Se dice que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en diferentes puntos del planeta, sin aparente conexión unas con otras, han encontrado vestigios de lugares donde, al parecer, se intercambiaban monedas u otros objetos por relaciones sexuales, en algunos sitios incluso se han conservado pinturas murales con motivos sexuales y esculturas fálicas de tamaño sorprendente, mesopotámicos, griegos, romanos ninguno está exento de culpa, todos participaron y se lucraron con esta actividad y así ha sido hasta ahora, pues mientras retumban las voces que exigen su prohibición, miles de personas, aprovechando la clandestinidad que otorga la oscuridad de la noche, acuden raudos a satisfacer sus insatisfechas ansias por una porción de su peculio.
Todo cambia, y si sumamos tecnología a la vida pues nada permanece inmutable al paso del tiempo y la prostitución no es una excepción, las nuevas tecnologías han incidido de tal manera en ella que, junto al concepto ancestral, ha surgido otro caracterizado por la inexistencia, a priori, de contacto físico, el ejemplo paradigmático de este fenómeno es el servicio de suscripción de contenido conocido como OnlyFans a través de esta web, los creadores de contenido, en muchas ocasiones sexual, reciben ingresos de sus “fans”, ya sea mediante una suscripción mensual, un pago único o un pago por visión de una determinada fotografía o de un video. En otras palabras, pagan por visualizar fotografías o videos de personas desnudas, practicando sexo o masturbándose. Incluso pueden solicitar a dichas personas que les envíen material especialmente dedicado a ellos por una cantidad de dinero.
Una medida de este éxito es la creciente insistencia de los medios en referirse a las personas que se utilizan en la prostitución y la pornografía como “trabajadores sexuales”. Lo que se les hace no es sexo, en el sentido de intimidad y mutualidad, ni trabajo, en el sentido de productividad y dignidad. Los sobrevivientes de la prostitución la perciben como “una violación serial”, por lo que consideran el término “trabajo sexual” como una suerte de manipulación y abuso emocional. Cuando “el ‘trabajo’ de la prostitución queda expuesto, se destroza cualquier similitud con un trabajo legítimo”, escribieron dos sobrevivientes, Evelina Giobbe y Vednita Carter. “En pocas palabras, sin importar que seas una acompañante de la clase alta o una prostituta de la calle, cuando estás en una cita, tienes que ponerte de rodillas o acostarte de espaldas y dejar que ese hombre use tu cuerpo de la manera que quiera ¡para eso pagó! fingir que la prostitución es un trabajo como cualquier otro daría risa si no fuera algo tan grave”.
OnlyFans adquirió gran fama durante la pandemia junto con muchas más aplicaciones, incluso se ofertan los servicios en Twitter Facebook y WhatsApp, cuando se disparó la demanda de pornografía. La gente comenzó a vivir en línea, la violencia doméstica explotó, las mujeres perdieron sus medios de supervivencia económica en mayor medida que los hombres y aumentaron las desigualdades. Le pueden llamar cómo quieran, pero al final de todo es pornografía, pornografía de nicho catalogada como prostitución suave mediada, y están en una posición cómoda dentro de la ley, a una persona la pueden detener en la calle por ofrecer o participar de la prostitución, pero en las redes esta ese hueco legal, pueden literalmente hacer lo que quieran, cobrar lo que quieran, y hasta ser “famoso” y presumir lo que te compras con tus ganancias.
Dejemos de tolerar las cosas como esta, no, no es “trabajo sexual” es prostitución, y lo llamen como lo llamen si lo van a permitir, hay que legislarlo, no es posible que la gente con un empleo dentro de la formalidad pague impuestos y las personas que sueñan con desnudarse y exhibirse a millones de personas, gocen de impunidad fiscal, legal y hasta se les aplauda, y antes de criticarme y tacharme de taimado, respóndanme esto ¿y si fuera un familiar suyo?, ¿y si fuera su pareja?, ¿y si a usted le quitan el 33% de ISR y a ellos no? Por mi parte lo he dicho y lo seguiré diciendo, no pagare ni un dólar por cualquier tipo de servicio de prostitución o pornografía, si usted lo hace, que le aproveche.