Covid-19 aumenta la carga global de trabajo de las mujeres de América Latina, una tercera parte de ellas carece de ingresos propios y la tasa de desempleo es mayor para ellas respecto a los hombres, asegura Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

“Las mujeres tienen a su cargo 76.2% de todas las horas del trabajo de cuidado no remunerado, es decir, más del triple respecto a los hombres. La situación se agrava ahora con las medidas del confinamiento, particularmente en las familias con hijos en edad preescolar o que no pueden asumir de manera autónoma la educación a distancia”, refiere Benítez Granados.

El Rector asegura que la situación actual también se recrudece en las familias donde” algún miembro sufre una enfermedad crónica o están al cargo de adultos mayores dependientes. La mayor carga de trabajo impacta negativamente el trabajo remunerado y la salud de las mujeres”.

Asimismo, en tiempos de crisis económica, el riesgo para las mujeres pobres aumenta. El Rector ejemplifica: En 2017, por cada 100 hombres que vivían en hogares pobres en la región, había 113 mujeres en similar situación. Por otra parte, alrededor de 2017, el porcentaje de mujeres sin ingresos propios alcanzó en promedio regional un 29.4% mientras que para los hombres la cifra era de 10.7%. “En otras palabras, casi un tercio de las mujeres de la región es económicamente dependiente, condición que puede exponerlas a una mayor vulnerabilidad”.

En América Latina la participación laboral de las mujeres es de 50.3%, es decir, 25 puntos porcentuales por debajo de los hombres mientras la tasa de desempleo en 2017 fue de 10.4% para las mujeres frente al 7.6% para los hombres y el 82.2% de las mujeres que trabajan “no cotizan en un sistema de pensiones”, refiere Benítez Granados.

El Rector del CESCIJUC, asimismo, dice que entre las mujeres más expuestas a la pérdida de su trabajo están las trabajadoras domésticas que representan el 11.2% de las mujeres económicamente activas en América Latina y otro sector altamente vulnerable son las trabajadoras migrantes.

Entre las medidas que pueden poner en marcha los Gobiernos, el representante de CESCIJUC propone extender el acceso a la protección social en sectores de baja productividad, asegurar los pagos de pensiones alimentarias, facilitar el acceso a canastas de alimentos básicos y otros productos de primera necesidad, otorgar transferencias en efectivo y proporcionar empleos temporales alternativos como la fabricación de equipos de protección personal.

Para más información: Ivette Estrada

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