Los peores embusteros
son los propios temores.
Rudyard Kipling
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector gracias. Según los datos del gobierno de López Obrador, nos encontramos en la cima de la curva de la pandemia, esperemos que esta pronto vaya en descenso para poder regresar, en medida de lo posible, a la normalidad. Pero cuando lleguemos a eso nos vamos a encontrar con la economía detenida y sin crecimiento, con miles y miles en el desempleo, empresas quebradas y un presidente que cada día se ve más débil y a nadie le conviene tener un mandatario así.
Es muy temprano en los tiempos del sexenio para que este llegue a su fin, el presidente López ha tenido un legislativo a modo que prácticamente le ha cumplido todas sus peticiones sin regatearle nada. El ejecutivo tiene poco margen de disculpa para no entregar buenos resultados en lo económico, político y social, aunque en la pandemia encontrará un buen justificante para ello.
En lo económico se tendrá que hacer frente a la perdida de dos millones de empleos, al quiebre de empresas y si no se detiene la caída reactivando la economía, los resultados van a ser devastadores, retomará años recuperar los bajos niveles que se tenían, aunque López pretenda cambiar los términos para medir el avance en la materia.
En lo político es en el terreno que menos ha perdido, a pesar de los intentos de la ínfima oposición no les alcanza para nada, nadie se le pone enfrente y si lo hacen no los escucha, son meras pinceladas que no concreta nada. Los llamados más importantes han venido desde dentro, de los pocos que todavía les queda vergüenza para jalar parejo y que juntos se enfrenten las diferentes crisis. ¿Para qué sirve un presidente popular si ya no competirá en las elecciones siguientes?
A medida que se acerque la elección del 2021 y si no se ve como poder salir de la crisis, con los bolsillos vacíos, sin trabajos y pobres, la ciudadanía se las va a cobrar en las urnas, esa historia ya la conocemos. La segunda parte del sexenio con un presidente débil no sirve para nada, ahí está el caso de Peña Nieto y de Felipe Calderón del cual se debe aprender la lección. Los programas sociales y el dinero no le van a alcanzar a AMLO y la 4T va a naufragar.
Todavía falta que le pasen la factura de los escándalos de posible corrupción y nepotismo de Manuel Bartlett y su hijo, al presidente impoluto de la transparencia y que cada que puede repite la frase: “puede ser legal, pero no es moral”, al que se le está manchando el plumaje y que solapan desde la Secretaría de la Función Pública.
La otra cuenta pendiente la tiene con su gran amigo de los Estados Unidos, Donald Trump, solamente el tabasqueño no puede ver la trampa que viene, lo van a convertir en uno de los mayores promotores del republicano para que se quede en la Casa Blanca en un segundo periodo. El tabasqueño ha sido dócil y amigable ante un personaje de colmillo largo y retorcido. A nadie nos conviene tener un presidente así.
Ya se lo dijo Cuauhtémoc Cárdenas, “se corre el riesgo de tener un sexenio perdido…” veremos.
Entre Palabras
Para la 4T, la tentación de la censura es muy grande.
Escríbeme tus comentarios al correo electrónico suartu@gmai.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Muchas gracias y hasta la próxima.