Hay peregrinos de la eternidad,
cuya nave va errante de acá para allá,
y que nunca echarán el ancla.
Lord Byron
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. En julio del año pasado, Andrés Manuel López Obrador puso los pies en la Casa Blanca, visitó al que consideraba su amigo Donald Trump, a eso se le dio la lectura de que había tomado partido a favor del republicano y las críticas no se hicieron esperar por parte de los demócratas que a la postre, Joe Biden, se convertiría en el presidente número 46 de los Estados Unidos. Luego el pejelagarto se tardó en reconocer el resultado electoral del vecino del norte, la relación bilateral no comenzaba de buena manera.
Aunque se ha querido disfrazar y presentar armonía, la relación con Estados Unidos se ha tensado en las últimas semanas por las torpezas de Marcelo Ebrard que es el que le sabe a esos temas y obviamente su jefe López Obrador, de por sí las agendas de ambos mandatarios son incompatibles, se les da pie para que comiencen a apretar en temas de seguridad, economía y migración.
Un claro ejemplo es en el tema de medio ambiente, mientras Biden apuesta por las energías limpias para contener el cambio climático, el inquilino de Palacio Nacional va por la creación de una refinería privilegiando las energías fósiles sobre las renovables. En cuanto a la gestión económica ante la crisis del Covid-19 México no implementó medidas contracíclicas para paliarla, por el contrario, en EU aprobaran un plan de estímulo fiscal.
No hace mucho vimos al tabasqueño pedir vacunas a la vicepresidenta Kamala Harris, hablar sobre migración y la situación nada cambió, se sigue persiguiendo migrantes en la frontera sur de México y la Guardia Nacional es una extensión de la migra. Es decir, ante EU sumisión en una política esquizofrénica y un discurso envalentonado ante varios de los dictadores latinoamericanos.
En la parada militar del 16 de septiembre, el inquilino de Palacio Nacional sorprendió con la visita del presidente cubano, pero todavía más al pedir, en una festividad de libertad, que Biden levante el embargo sobre la isla caribeña, mientras el embajador Ken Salazar fue ubicado en la última fila de la grada para invitados especiales y es que en la política la forma es fondo y los detalles cuentan.
¿Por qué los de la 4T pensaron que la CELAC y su tratamiento no iba a dejar repercusiones? Esa fotografía donde López aparece con Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel, Pedro Castillo y Daniel Ortega, representa la posibilidad y amenaza de alinearse con ellos formando un bloque contra el vecino del norte. Claro que no es lo mismo ser dictador en otras partes del continente que en el patio trasero, y que nadie se rasgue las vestiduras porque así nos consideran y nunca nos han dado trato de socios comerciales.
Ahí quedan las exigencias para que se apriete y se combata a los narcotraficantes que parece que se apapachan desde la presidencia, la intención de suspender la venta de armas para la Marina y la Sedena, la captura de efectivos militares del otro lado de la frontera, los bombazos en Puebla y en Guanajuato, las declaraciones del ex embajador Christopher Landau de que hay entre un 35 y 40% del territorio nacional perdido y que es donde opera el narco.
La relación con EU se tensa y de manera gratuita, por los arreos del presidente que no da una ni en política interior, ni en política exterior… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
La verdad histórica sobre Ayotzinapa que se construyó en el gobierno de Peña Nieto nunca fue creíble. ¡Cuidado! Con la 4T se puede construir otra mentira.
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Hasta la próxima.