Guerra al Huachicol ¿Sin
Estrategia?
*Distribución en pipas más cara, lenta y riesgosa, pero no resuelve el robo



Miguel A. Rocha Valencia
Siempre se ha dicho coloquialmente que las pipas de combustible son “bombas rodantes” que ponen en riesgo a quienes habitan ciudades y a quienes transitan por las carreteras del país. Incluso, hay personajes en la actual administración que cobraron notoriedad por protestar o exigir que no circulen tráileres de doble remolque por el alto riesgo que implica su operación.
Lo anterior no contraviene en nada la lucha o guerra (para algunos, perdida) del presidente de México contra los ladrones de combustible; los grandes, desde luego. A los pequeños se les va a premiar con ocho mil pesos mensuales por no robar.
Claro, como pasa con los apoyos a desprotegidos, habrá que presumir de microhuachicolero para recibir el dinero.
Pero más allá de lo generoso y comprensivo que se muestra nuestro presidente con quienes realizan robo hormiga de combustible o protegen a los macrohuachicoleros (a la mejor aplican una estrategia igual en el caso de las drogas), está el alto costo económico, social y de inseguridad que conlleva la distribución de gasolinas, gas y diesel en pipas.
Lo peor es que esa “estrategia” que resulta carísima y lenta, en materia de seguridad será contraproducente. Sólo de entrada, además del chofer de 30 mil pesos mensuales, ¿Cuántos elementos se necesitarán para custodiar una pipa o un convoy de las mismas?
Dicha seguridad deberá estar artillada para repeler cualquier asalto de los huachicoleros. El problema es que ahí pueden ocurrir tragedias mayores, pues los ladrones no lo van a pedir por favor.
Así pasa con los trenes que son asaltados en diversos estados de la República; donde incluso, el “pueblo sabio” acude en verdaderas bandadas a terminar de robar lo que los criminales organizados no se llevaron.
En el caso de las pipas, las que sean, se trata de combustibles. No se olvide que el año pasado fueron cerca de mil 500 transportes los que fueron asaltados, especialmente en Guanajuato, Jalisco, Puebla, Hidalgo y México. Mil más fueron saqueados en el resto del territorio.
Ya se dieron casos, incluso, en que fueron incendiados vehículos en carreteras de Guerrero y Michoacán. Ojalá no ocurran accidentes en ciudades y se tengan qué lamentar desgracias. Ahora sí que se está jugando con fuego.
¿Falta inteligencia o estrategia? Algunos dirán que sí, sobre todo quienes saben que los huachicoleros que perforan ductos y las bandas que asaltan en carreteras y vías, aplican tácticas guerrilleras.
Llegan, dan el golpe y huyen. El tema se ve muy complicado, aunque si, atrás hay algo que no nos dicen, como el crear cuerpos paramilitares con otro fin, pues… ese será otro tema, como la Guardia Nacional que sería un organismo paralelo ¿o supeditado? al Ejército Mexicano.