


A dos meses, las pérdidas siguen acumulándose
*El pueblo sabio pagará un alto costo por las decisiones del caudillo
Miguel A. Rocha Valencia
Qué pasaría si el señor presidente López no hubiese cometido errores en los que para muchos incurrió y que tiene repercusiones económicas y políticas profundas, en apenas dos meses de mandato.
Claro que para él no son errores sino decisiones acertadas para desmantelar el edificio de corrupción que le dejaron los anteriores gobernantes pero que al fin y al cabo los habremos de pagar los mexicanos, como la minusvalía que por 131 mil millones de pesos, causó a las afores la cancelación del Aeropuerto Internacional en Texcoco a la que deben sumarse los 34 mil millones de la Fibra E, los 23 mil del crédito de Banobras y desde luego los poco más de 120 mil millones, más sus intereses, de los bonos ligados a la TUA y que se colocaron en el extranjero.
No se cuantifican aquí las depreciaciones monetarias, pérdidas en bolsa ni de confianza que se derivaron por la cancelación del proyecto.
Se calcula que también el PIB sufrirá las consecuencias de decisiones arbitrarias porque –“me canso ganso”- y no con base en razonamientos económicos.
En cuanto a la violencia (bendito Huachicol que ocupa los espacios informativos), aunque cambien de institución de referencia, deben cuantificarse dos alcaldes muertos, al igual que un senador, una gobernadora, un empresario opositor y más de tres mil asesinatos, tan sólo en un mes.
Ni hablar de las pérdidas millonarias por los bloqueos de la CNTE en Michoacán, de a mil millones diarios, y ya llevamos 20 días.
Pero al igual que con los huachicoleros, “no se les reprime” a pesar de que están cometiendo un delito y paralizada la economía no sólo de la zona sino de gran parte de la industria del país. Ahora falta que se les ofrezca, como a los ladrones de gasolina, dinero por no bloquear.
De la guerra contra el Huachicol, van 121 muertos y para colmo el director de Pemex, quien ni siquiera título tiene y menos experiencia en petroquímica, causa problemas en el ámbito internacional, se ríen de él y nos cuesta una caída en la calificadora Fitch y el incremento en los intereses de la deuda de la paraestatal, por el momento por 10 mil millones de pesos.
A esto súmele el costo financiero de dejar parados barcos cargados de combustible en puertos, trasladar hidrocarburos por carretera, comprar cientos de pipas, contratar choferes y escoltas; ahí “nada más” se han de ir 15 mil millones de pesillos.
Y ya ni le seguimos porque de todos modos, el daño ya hecho. Vendrán otros mayores, y si no, al tiempo, porque esto apenas está iniciando; los caprichos no han terminado y ya lo veremos en educación cuando se eche para tras la reforma y como siempre los de la CNTE hagan de la suyas.
Todavía falta por cuantificar el aeropuerto en Santa Lucía, la nueva refinería en Dos Bocas, el Tren Maya y otras cosillas, cuya inversión seguramente será extranjera porque el dinero que quede, será para pagar los 120 mil millones para becarios y aprendices y otros millones a los demás programas sociales que visten mucho pero que desarrollan poco.
Pero claro siempre habrá la posibilidad de culpar de todas estas desgracias a los corruptos, a la mafia en el poder, a los que se fueron y a los que ilegalmente se perdonó. Perdón que no fue gratuito pues será el recurso válido para equivocarse o hacer lo que quiera. Porque si los otros lo hicieron ¿Por qué los de ahora no?