Ignorancia e improvisación
Agravan efectos de mentiras
*Promesas de campaña se quedaron en vil demagogia que hoy se desdice



Miguel A. Rocha Valencia
Son mentiras, falta de memoria o simplemente se trató de la demagogia habitual de los políticos. Lo cierto es que Andrés Manuel López Obrador dijo muchas cosas a lo largo de sus 18 años y pico de campaña y hoy, nos dice otras, incluso contradictorias que sus antes seguidores, le reclaman.
Muchas de esas cosas, resultaban ya, incumplibles, él lo sabía, se le grabó reconociéndolo, pero afirmaba que él decía lo que la gente quería escuchar.
Está de entrada la promesa del hoy presidente de que una vez en el poder, se acabaría la corrupción y los muertos, pero en ambos casos, no sucede así.
La corrupción hoy se ve agravada por la ineptitud e improvisación de nuevos funcionarios, que además mienten, ocultan y hasta violan la ley. Ejemplos hay muchos, desde los secretarios de Gobernación, Comunicaciones y Transportes o de Turismo hasta directores generales que inventan curriculums y trayectorias profesionales, o no llenan los requisitos legales para acceder al cargo a desempeñar.
Por el otro lado, en los dos primeros meses de la actual administración, se contabilizaron más de cinco mil asesinatos, cifra mayor a la del inicio sexenal de Felipe Calderón y Enrique Peña.
Pero luego vinieron los desmentidos. Ahí está lo de los militares que el señor presidente afirma que nunca dijo que los regresaría a los cuarteles y que el peor error de Calderón o Peña, fue utilizar a las fuerzas contra el crimen, porque además, eran violadores de los derechos humanos y casi casi delincuentes.
De ello se desdijo y hoy a los militares les da dinero, negocios inmobiliarios, obra pública, los quiere en la calle combatiendo a delincuentes y al frente de la Guardia Nacional ya aprobada por el Congreso, pero sin mando castrense. Pero no importa pues ya anunció que podría designar a un soldado en retiro para dirigirla, o sea, le va a dar vuelta a la Ley.
Allá en Morelos, el 2 de mayo de 2014, dijo el entonces líder de MORENA que apoyaría a los habitantes de Tlalquiltenango para que ahí no funcionara ninguna termoeléctrica. Hoy porque el “pueblo sabio” lo decidió, dijo que siempre sí, contraviniendo lo prometido a los descendientes de Zapata, quienes enojados, dicen mentiroso al jefe del Ejecutivo.
Textualmente dijo refiriéndose a quienes tenían ese proyecto: «Qué les pasa a estos. Es como si fueran a Jerusalén y construyeran un basurero tóxico o una planta nuclear».
Más todavía, lo de las estancias infantiles; dijo que las fortalecería y hoy manda a su casa a más de 300 mil niños sin tomar en cuenta que los menores corren más riesgo de accidentes o agresión incluso como víctimas de pederastia, como lo muestran las estadísticas.
Habrá que sumar lo que siga, como la Refinería de Dos Bocas, la baja en las gasolinas, las pistas en Santa Lucía, el crecimiento del cuatro por ciento, esperar las pruebas de la corrupción que dijo existía en el proyecto y construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco…