• Contra lo que muchos pensamos, como aplanadora avanza la Cuatro T

Miguel A. Rocha Valencia

Cuando la mayoría cree que la actual situación del país es el fracaso de la Cuatro T, la verdad es que se está consolidando, aprovechando la coyuntura de emergencia. La perversidad de sus dirigentes no mide el daño que causan al país, al pueblo que es sacrificable, ante un proyecto que pretende apoderarse de la nación.

El debilitamiento del sistema político, de los poderes incluyendo los fácticos, la economía, salud, seguridad y los grupos sociales, son pasto seco en la pradera de la Cuatro T, que a pasos agigantados implanta su proyecto totalitario.

Tal vez la premisa sea exagerada, pero todo indica que hacia allá vamos. Los elementos están a la vista, no obstante que el poder económico se resiste a ceder su espacio y se rebela, se niega a debilitarse y morir, a pesar de la negativa de apoyos y la persecución gubernamental.

Por eso, la negativa a ofertarles apoyos fiscales, de ahí el otorgarles migajas de sobrevivencia y la urgencia de que le deban el favor al gobierno (López, el eterno candidato) de que por él siguen vivos.

De ahí el perseguirlos, obligarlos a pagar salarios íntegros durante la contingencia, quebrarlos y en cambio, negarles “aire” no con el perdón, sino con el diferimiento en el pago de impuestos. Hay que ahogarlos, no sólo por ricos o empresarios, aunque sean pequeños, sino para doblegarlos.

El sistema judicial, cada vez más subyugado, chantajeado y amenazado desde el Ejecutivo que incluso plantea enjuiciar a jueces que no cumplan directrices; la Suprema Corte, doblegada y su presidente, cómplice para castigar a sus propios compañeros a través del Consejo de la Judicatura que, cual tribunal de alzada, se alista a castigar a los “corruptos”.

Ni hablar del dizque poder legislativo que con mayoría “Morena” se transforma en rebaño que bala cuando el pastor lo ordena. Justifica acciones, mayoritea decisiones, reformas a modo y acepta a pie juntillas instrucciones y, muy próximamente, la sesión de facultades que le son inherentes, legales, como la de asignar y vigilar el gasto del gobierno.

Ya se vio que también es capaz López, de meter la mano en el Banco Central, va por Hacienda, cancelación de fideicomisos construidos por Ley, descuentos arbitrarios al presupuesto “ahorros” ilegales que se replican incluso a nivel local donde gobierna Morena; en suma, manipulación a discreción del Presupuesto, incluyendo reasignación de recursos. No les importa, hacen lo que quieren “porque yo mando”.

Frente a ello, una oposición debilitada, chantajeada, donde algunos doblan las manos, amenazados con ser exhibidos o perseguidos; los otros, desacreditados desde el tribunal de Palacio Nacional, no acaban por conseguir respaldo social, o no se esfuerzan y ya no creen en ellos.

Ni qué decir de los órganos autónomos, la mayoría a su servicio, el último dizque tal vez, sea el sistema electoral que encabeza el Instituto Nacional Electoral, el cual será sustituido por convocatorias a mano alzada o consultas organizadas desde el mismo Ejecutivo como ya se hizo en Texcoco y Mexicali.

Sí, todo cuadra “como anillo al dedo” como afirmó el Tlatoani. La Cuarta no tiene por objetivo inmediato mejorar las condiciones del país, por eso no le preocupa la caída en el PIB, por el contrario, el no crecimiento le sirve para contratar más clientes agradecidos. Por eso no le interesa mejorar las condiciones de vida de la sociedad, entre más pobres, incrementa su base electoral; los demás ¡Que se vayan al diablo!

Tal vez este comentario surge de una mente calenturienta, pero ahí están los datos. Los mismos dirigentes de Morena lo dicen: NO se trata de un gobierno, sino de un proyecto que, si nos descuidamos lo van a consolidar y para sacarlos va a estar peor que el del PRI, pero ya no con pobreza, sino con miseria generalizada, y con ello la violencia que le será inherente.

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