- A pesar de lo que afirman, México va en reversa, de regreso a tiempos idos
Miguel A. Rocha Valencia
Cómo quisiera estar equivocado, ofrecer disculpas y reconocer que la actual administración tomó el camino correcto. Pero parece que no y hasta en materia de ecología vamos en reversa.
Los datos están ahí, habrá que sumar el retroceso de octubre donde la construcción volvió a ser el sector más afectado, así como las actividades primarias.
El hecho es que, a pesar de encontrarnos muy felices de acuerdo con el tlatoani de Palacio Nacional, los números son negativos en todos sentidos, salvo el nivel de inflación, donde la caída del consumo juega un papel preponderante.
Es decir que el consumo de los mexicanos, lo mismo que el ahorro, descendieron o se estancaron y eso es factor antiinflacionario, no obstante que estén circulando cerca de 200 mil millones de pesos a fondo perdido, lo cual indica que no generan economía.
Simultáneamente, la inversión productiva no llega a pesar de las reuniones con los empresarios y las promesas de estos, de los planes y proyectos. Tan es así que, frente a los más de mil proyectos de obra, sólo estén en cartera 17, de los cuales, la mayoría los tienen los mismos a quien López acusó de bandidos, entre ellos, Carlos Slim.
A más de un año, las instalaciones del malogrado NAIM que presentaba un avance del 33 por ciento, se deterioran en tanto, las obras físicas de Santa Lucía apenas llegan al 1.6 por ciento, aunque mediáticamente pareciera que ya lo están concluyendo. La discusión en torno a su viabilidad y comercialización, continúan en duda.
En cuanto a política internacional, México está cada vez peor: en las reuniones sobre ecología perdemos liderazgo por la insistencia de usar combustibles fósiles en la generación de energía, lo que hará imposible cumplir con las metas acordadas tanto en Kioto como en Paris contra el calentamiento global.
Nos convertimos en país persecutor de migrantes y lo peor es que una Guardia Nacional que nació para combatir al crimen, se ha vuelto experta en “cazar” y deportar migrantes, en tanto, la delincuencia y la violencia desatada por ella, van en aumento.
Es decir, los asesinatos crecen lo mismo que la impunidad con que se maneja el hampa organizada en el tráfico de drogas, armas y personas, en tanto los delitos patrimoniales se hacen más numerosos, lo mismo en robo simple que con violencia.
No vemos por dónde, por el contrario, escuchamos necedades, un reiterado intento de ocultar la verdad, de tratar de hacernos ver una realidad inexistente y lo peor es que los pronósticos para 2020 tampoco son halagadores.
De plano si no crece la economía, habrá más desempleo, violencia común y pobreza. Ojalá estuviésemos equivocados.