• Bajan resultados de lucha anticrimen, pero aumentan los muertos

Miguel A. Rocha Valencia

Muchos nos preguntamos por qué el combate al crimen organizado, no a bandas delincuenciales locales, bajó tanto en la presente administración, donde el populismo discursivo de quien gobierna desde Palacio Nacional, trata de justificar victimizando a sicarios asesinos, traficantes de drogas, secuestradores o a líderes de cárteles a quienes ordena se liberen y que ayuden a sus familiares.

También nos preguntamos por qué el inquilino del mismo Palacio instruye a varios de sus secretarios de Estado para que gestionen el bienestar de uno de los más importantes capos de los últimos años, se busque regresarlo a México o se gestione la visa “humanitaria” para que lo visite su mamá en Estados Unidos.

Sólo el presidente sabe por qué lo hace incluso a costa de su capital político, reconociendo qué ordenó personalmente la liberación del heredero del cártel y también de viva voz manifestó a la mamá del criminal que estaba atendiendo su petición.

Jamás se había visto tal cercanía de un presidente de la República con criminales y peor, que públicamente diera instrucciones para ayudarlos.

Se dijo mucho de la cercanía de mandatarios anteriores, se presumió que se recargaban en una organización criminal y golpeaban a las otras, pero nunca como hoy se hizo público tanto interés ni defensa.

La estrategia se dijo al inicio del sexenio era cambiar balazos por abrazos, que, a las balas, amenazas y agresiones, los encargados de la seguridad tendrían qué responder rindiendo sus armas o no acercarse a los territorios impunes marcados por los propios criminales.

Ante tantos hechos y la disminución notable en decomisos de armas y embarques de drogas, así como en el incremento de secuestros, cobros de piso y trasiego de personas, surgen diversas hipótesis y presunciones no comprobables.

Pero cifras oficiales revelan que independientemente de que en éste sexenio la lucha anticrimen bajó en resultados, pero no en víctimas mortales, en 2020 la caída es notable.

El mismo titular de Marina, José Rafael Ojeda Durán reconoció que abril, el tercer mes más violento desde que se cuentan los asesinatos, registró dos mil 492 homicidios dolosos, fue el período en que el número de detenciones de criminales cayó 70 por ciento con sólo 208 aprehensiones a nivel nacional.

Ese mismo mes se decomisó 80 por ciento menos vehículos terrestres, 65 por ciento menos armas y 80 por ciento menos cartuchos.

Y aunque se afirma que se cortan los brazos financieros del crimen, la verdad es que los decomisos de dinero igualmente bajaron en el cuarto mes del año. En marzo, se reportó el aseguramiento de un millón 855 mil 025 dólares, mientras que en abril fueron 456 mil 887 dólares, casi 48 por ciento menos.

En drogas no hay reporte y en instalaciones procesadoras se reportó ¡sólo una! Localizada e incautada.

Saquen sus conclusiones.

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