• Arreciará persecución a cautivos, se irán capitales y más informalidad

Miguel A. Rocha Valencia

Aún no concluye el primer trimestre y ya el Banco de México y otras instituciones financieras, redujeron las expectativas de crecimiento económico de nuestro país.

Bajaron de un posible y difícil dos por ciento al 1.1 por ciento de crecimiento del PIB y como consecuencia de ello, el SAT afina los motores para mejorar su estrategia de cacería para “atorar” a los grandes elusores o evasores fiscales, para después irse sobre los medianos y pequeños, a sabiendas que la recaudación no alcanzará lo estimado.

Es más, según la propia secretaria de Hacienda, cuyo titular Arturo Herrera Gutiérrez, anda “desaparecido” de los medios, si es necesario se tomará más dinero del Fondo de Estabilización de los Ingresos Tributarios (FEIP), de los cuales ya se utilizaron 125 mil millones de pesos. Esos que dejó Enrique Peña Nieto para que la actual administración no arrancara en ceros.

Y como lo más seguro es que no alcance la recaudación y los “ahorros” del Ejecutivo que no son otra cosa más que subejercicios, pues, ya no serán del monto del año pasado, pues agarrémonos y quien deba, que pague, pues de otra manera les va ir como en feria.

Así pasa con algunos deudores fiscales quienes deben más por actualizaciones y recargo que el principal del crédito a pagar. Tan está duro el tema, que los juicios están por iniciar y algunos poderosos que monopolizan mercados como Walmart, amagan con parar actividades y escapar del país antes que ajustarse a cobros confiscatorios, según dicen.

Pero esos grandotes se pueden defender, el problema será para los pequeños causantes a quienes les aplicarán la quebradora fiscal.

Tan es así que los banqueros están listos a la confrontación. Por lo pronto no asistieron a la cena de tamales y chocolate a Palacio Nacional y le dijeron al Presidente que no van a comprar cachitos para la rifa del no avión sino de los millones.

Es más Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México, descartó que su sector vaya a participar en la dispersión y venta de boletos para tal rifa.

Entonces, de algún lugar va a salir el dinero que López necesita para sus programas asistencialistas, ya que el riesgo de quedarse sin el FEIP es muy grande y si eso ocurriera, estaríamos más allá de una quiebra fiscal que parece inminente y la opción sería reconocer un mayor endeudamiento en áreas de una política asistencialista que sólo traerá graves consecuencias al país.

El tema es grave; la descalificación internacional de México es casi un hecho y si eso se cae junto con los bonos de deuda ¡Adiós!

¡Gracias señor presidente!

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