• Triste panorama con pandemia de Sars-Cov2, y la crisis económica más grave

Miguel A. Rocha Valencia

Sin duda, tenemos el peor gobierno de las últimas décadas y a su mala gestión se debe el agravamiento de la crisis de salud, donde los contagios y muertos aumentan diariamente, así como los asesinatos, mientras la economí pia va en picada, no de hoy, sino desde hace dos años. Lo peor es que no se ve por dónde pueda mejorar con la ineficiencia o ignorancia de quien habita en Palacio Nacional.

La única opción de este gobierno, es repartir culpas por su mala administración, acusar a los que se fueron, a la corrupción, críticos, fifís y a todos quienes hoy, no son responsables de administrar el país.

Insistimos, el peor gobierno en el peor momento. Celebraremos la Navidad con más de 120 mil muertos por Covid-9, casi millón 400 mil contagios sumados, saturación de hospitales y la amenaza cierta de que nos esperan meses terribles que ensombrecerán a decenas de miles de hogares mexicanos.

Si ese panorama ya es grave, se ensombrece más por la crisis económica que inició con la actual administración, cuando ni siquiera el país dejó de contar con los criticados crecimientos “pírricos” del dos por ciento y que ya para 2018, la Cuarta “logró” convertir en -.02 por ciento para y recetarnos una caída igual en 2019 para completar siete trimestres de retroceso que se acentuaron con la llegada de la pandemia.

Y si una de las promesas del ganso tabasqueño fue no endeudarse, hoy el país refleja un débito del 53.2 por ciento del PIB, cuando el gobierno de cuarta recibió una que equivalía al 44.5 por ciento. Es decir que uno de los “logros” del caudillo macuspano, es subir la deuda de México en 8.7 puntos que, en dinero, son casi 2.5 billones de pesos, justo la cantidad que México necesita en inversiones para retomar el crecimiento.

Pareciera que las cosas en materia económica como en salud, no podrían empeorar, pero sí se agravarán porque los dos fenómenos combinados, incluyendo la ineptitud de un gobierno de ocurrencias, revanchas, compra de clientes y desprecio por la iniciativa privada, nos lleva a un precipicio de dónde sólo con que se fueran y dejaran la administración en manos expertas, lógicas y capaces, podríamos tener esperanzas a corto plazo.

Hoy, la verdad, causa angustia ver y escuchar al pontífice de Palacio Nacional y acólitos afirmar que son los mejores en el manejo de las crisis, cuando el país se hunde desde que asumieron el poder y hoy, por su mala gestión se suman pérdidas en todos los sectores a quienes, además, les regatea apoyos. En turismo se suman cientos de miles de millones en pérdidas, ocho de cada 10 restaurantes quebrarán en las próximas semanas y se sumarán a los 13 mil 500 que ya cerraron sus puertas.

El pleito del mesías tropical con empresarios a quienes acusa de corruptos y la consecuente cancelación de contratos y obras, es hoy un factor que provoca la pérdida de al menos 350 mil empleos fijos y la cancelación de miles más que se hubiesen logrado gracias a la inversión privada nacional y extranjera.

Las obras con las que el tlatoani espera que lo recuerden, no generan mayor empleo pues la realizan los soldados a quienes no sólo entrega la ejecución de los proyectos sino, además, de manera ilegal, se las concesiona y entrega en administración, lo cual además de violar la norma, se vuelve sospechoso.

Así las cosas, la angustia crece; la economía va a caer, según quienes si saben, más del nueve por ciento, las quiebras empresariales y desempleo, se sumarán a la tragedia de decenas de miles de muertos por Covid, incluyendo las 60 mil víctimas de la violencia.

Este y el año que viene, serán en extremo difíciles, especialmente para quienes se verán obligados a salir a buscar el pan de cada día, mientras el gobierno omiso, ineficaz y convenenciero, sólo se preocupa por sumar “clientes electorales” antes que resolver los problemas reales del país. De miedo.