• Medios y periodistas críticos lo ayudaron a escalar el poder

Miguel A. Rocha Valencia

Ya resulta fastidioso escuchar al máximo sacerdote de la vida nacional pontificar desde Palacio Nacional, donde sólo su palabra y datos son valederos, ya que el tlatoani tabasqueño es el dueño de la verdad y de una realidad en la que muchos no creemos y desmentimos.

Con mentiras y argumentos inacabados, el mesías quisiera decirnos que personifica el inicio de una nueva era, pues con él, se terminaron la violencia, corrupción, miseria, falta de atención a los más pobres y enfermos. Empero, la realidad lo desmiente groseramente pues los resultados indican todo lo contrario.

Ahora resulta incluso que López Obrador es la víctima propicia de los críticos, que con él se inició el comentario de análisis de gobierno y todos lo atacan por ser conservadores o fifís, cuando en realidad, miente pues con él, los medios resultan harto generosos ya sea por temor, deseos de quedar bien a cambio de publicidad o no ser molestados (los dueños) en sus negocios.

Al contrario, López es el crítico de todos, nunca escuché a un presidente de la República criticar como lo hace a los medios, a periodistas a “los otros”, a quienes ya se fueron y vituperea todos los días como corruptos, calificativo que endilga hasta a las instituciones que le dieron paso a la Presidencia, hoy deben ser desmanteladas.

Fustiga desde Palacio a todos, no deja títere con cabeza, los impolutos son los cercanos, los cortesanos, su caja de aplausos, quienes se suman a su realidad, acusa sin recato a los críticos de ser sus adversarios y desconoce por conveniencia o esgrima mediática que esos mismos le dieron espacios para crucificar y condenar a quienes le sucedieron en el poder.

Sólo con la ayuda de los medios y periodistas críticos pudo treparse como adalid de las inconformidades sociales, revelador de corruptelas de la mafia en el poder.

Periodistas y medios críticos, subrayaron los yerros de pasados regímenes; denunciaron los atracos al erario público, la persistencia de impunidad al saqueo, la corrupción, malas administraciones y complicidades criminales de quienes detentaron en el pasado el poder que hoy usa para acusar y condenar hasta a aquellos que le dieron voz.

La crítica a los gobierno no inició con López; fue ella, la que exhibió los fallos de Vicente Fox, que subió al poder por un fenómeno similar al de López; Así también, los excesos de Calderón, la ignorancia o impericia de Peña, y hoy, los extravío del sumo sacerdote tabasqueño.

De este lado, de la crítica entonces, hay congruencia; del otro, revancha, desconocimiento, inexperiencia y excesos que derivan en acciones que son o van más allá de la corrupción como los subejercicios, la discrecionalidad en el gasto y la carencia de inversión productiva en infraestructura, retroceso en salud, seguridad, empleo, bienestar, confianza…

O ¿Acaso estamos equivocados y la perversidad se oculta con careta de ineficiencia e ignorancia?

¡Gracias señor Presidente!

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